UNA JORNADA DE REIVINDICACIONES 5:16

CDD/Bolivia
www.la-razon.com
8 de marzo de 2010

El 8 de marzo recordamos una fecha emblemática en la historia de la lucha de las mujeres, en 1857 en una fábrica de Nueva York, más de ciento 50 mujeres reclamaron igualdad de salario y una jornada de trabajo de 10 horas. La insolencia de esas mujeres las llevó a ser encerradas en la fábrica y ser calcinadas en la factoría

Más de medio siglo después, 1910, en el Congreso Internacional de Mujeres Socialistas, la alemana Clara Zetkin, propuso la instauración de este histórico día, recordando la lucha de esas mujeres y conmemorando la larga historia de luchas que las mujeres protagonizan desde el inicio de la historia, una lucha aún inconclusa por la igualdad y la dignidad.

En la década de los 70, el movimiento feminista internacional incorporó a esta lucha los temas relacionados con el cuerpo de las mujeres, su autonomía y libertad, la maternidad voluntaria, la libre opción sexual, el derecho a decidir, alzando la primera bandera de los derechos sexuales y derechos reproductivos como derechos humanos.

La conmemoración del centenario del Día Internacional de la Mujer debe hacerse celebrando los avances obtenidos, pero sin dejar de ver la situación actual en la que viven las mujeres en nuestro país y los desafíos que les toca encarar.

En Bolivia, en los últimos años, se registraron importantes avances en materia de participación de las mujeres en espacios de decisión política, ellas han irrumpido en el mercado laboral, en la educación y en la cultura. Hay un reconocimiento formal de derechos, sobre todo en la CPE, leyes y en las convenciones y tratados internacionales.

Sin embargo, las mujeres aún viven en condiciones de desigualdad, sobre todo respecto a sus derechos sexuales y sus derechos reproductivos. Todavía persiste una cultura machista y tradicional que asigna a las mujeres roles subordinados tradicionales y dependientes relacionados a la reproducción y cuidado de la familia, lo que afecta no sólo su calidad de vida sino su vida misma.

Según la ENDSA 2003-2008, en los últimos cinco años hubo incremento de la mortalidad materna de 229 a 310 muertes maternas por cada 100.000 nacidos vivos. Cada día mueren dos mujeres por cáncer de cuello uterino. Menos del 11% de mujeres acude a realizarse un Papanicolau al año. El embarazo adolescente se incrementó de 16 a 18%, tanto en la proporción de las que ya son madres como las que se embarazan por primera vez. En el área rural, más del 50% de los partos no son atendidos por personal de salud. Sólo 35% de las mujeres en edad reproductiva utiliza algún método anticonceptivo moderno. Cada año se reportan un promedio de 56.000 casos de Infecciones de Transmisión Sexual. Los casos de VIH sida están incrementando, siendo las más afectadas mujeres amas de casa.

Es claro que todavía hay mucho por hacer. Si bien hay buenos avances en materia de leyes y normas, éstas no bastan. No se trata de contar con leyes, se requiere mayor capacidad de gestión en beneficio de las mujeres. Por eso este 8 de marzo debe ser una jornada de reivindicaciones por los derechos de las mujeres.

*Silvia Salinas,
Católicas por el Derecho a Decidir/Bolivia

De pecados, delitos y arrepentimientos… 5:10

Católicas por el Derecho a Decidir / Bolivia

El Papa Benedicto XVI dijo que siente “vergüenza y arrepentimiento” por el abuso sexual cometido por miembros del clero a niños y niñas de la iglesia irlandesa. En la carta pastoral dirigida a los obispos irlandeses se disculpó con las víctimas de abusos sexuales y anunció una investigación formal del Vaticano en la diócesis, seminarios y órdenes religiosas irlandeses afectadas por el escándalo, además dijo que estaba dispuesto a reunirse con las víctimas para responder personalmente a sus sufrimientos.

Como Católicas por el Derecho a Decidir / Bolivia, ponderamos  el reconocimiento público del “
grave pecado” cometido por sus integrantes pero no aceptamos  la disculpa pública del pastor de la iglesia católica, porque simplemente no es suficiente. Consideramos que se trata de una respuesta débil e insuficiente ante el deber que tiene la Iglesia de reparar las injusticias del pasado y establecer acciones concretas y necesarias enmarcadas en las legislaciones vigentes para evitar que se repitan estos hechos o que sean resueltos en fueros especiales que no se apegan a las leyes del mundo real.

Este paso dado por el Papa en la carta pastoral, no debe quedarse en palabras, es necesario que se concrete en medidas tangibles que reconozcan que el tema del abuso sexual a menores no es un tema aislado ni exclusivo de la iglesia irlandesa sino una grave realidad presente en muchos otros países, Benedicto XVI no debe olvidarse mencionar a las miles de víctimas en todo el mundo, niños, niñas e incluso mujeres, entre las que están una buena cantidad de monjas, aunque claro, estas últimas, por ser mujeres, no han causado la repercusión necesaria en los medios de comunicación.

Las denuncias de abuso sexual cometidas por los sacerdotes tomaron mayor visibilidad el 2002 en Estados Unidos, fueron apenas la punta del ovillo sobre una realidad mundial tal como ocurrió en  Alemania, Holanda, Irlanda, Brasil, México, Italia, España, Perú y Argentina entre otros. En Bolivia ocurrió lo propio, en la mayoría de los casos denunciados y que se  hicieron públicos el Código Penal ni siquiera rozó las sotanas de los inculpados a causa del encubrimiento vergonzoso de quienes deben aplicar la ley así como de los mandos superiores eclesiales  que generalmente prefieren cambiarlos de parroquia o de ciudad, con tal de no incomodar ni ser incomodados, en lugar de entregarlos a la justicia ordinaria.

En la Carta Pastoral el Papa culpa a la transformación y secularización de la sociedad irlandesa, “
el cambio social ha sido muy veloz y a menudo ha repercutido adversamente en la tradicional adhesión de las personas a las enseñanzas y valores católicos.”  Benedicto XVI no menciona nada sobre la estructura de la iglesia que arremete contra la sexualidad y que se muestra hostil hacia las mujeres, a quienes juzga y amenaza con excomulgarlas cuando se ven orilladas a hacerse un aborto. Se  las considera, junto al placer y la sexualidad, como los demonios de la Iglesia católica, obligando, además, a que sus integrantes –hombres y mujeres- abracen el celibato como mandato y condición “sine quanon”, tema que está en la mesa de debate y que no tiene nada que ver con delitos como la violación.

Es esencial una revisión de las estructuras de una Iglesia fundamentalmente masculina, y la revisión de las enseñanzas sobre la sexualidad.  Es posible que con enseñanzas científicas y un abordaje laico incluyente y democrático se logre cambiar conductas hostiles y percepciones equivocadas sobre la sexualidad.  Es imperativo ceñirse a principios cristianos liberadores deconstruyendo absurdas percepciones para no generar abusos de poder, abuso de autoridad y abusos sexuales repudiables e imperdonables.

De ningún modo es suficiente con pedir disculpas. Son necesarias investigaciones más profundas y castigos efectivos a los culpables. La jerarquía católica debe enfrentar las consecuencias éticas, sociales, morales, económicas y sobre todo penales de todos los delitos cometidos por sus miembros, tienen que  aplicar el castigo que merecen y entregarlos a las autoridades en apego  a las leyes  de los diferentes países donde se cometieron los abusos.  Ahora es cuando la justicia debe atar muy bien el pañuelo que lleva en los ojos y actuar sin mirar el  traje o la sotana de los autores de estos crímenes.   La ley es para todos!.